Las armas con que la burguesía derribó el feudalismo se vuelven ahora contra la propia burguesía.
Pero la burguesía no ha forjado solamente las armas que deben darle muerte; ha producido también los hombres que empuñarán esas armas: los obreros modernos, los proletarios.
En el mismo grado en que se desarrolla la burguesía, es decir, el capital, se desarrolla también el proletariado, la clase de los obreros modernos, cuya vida depende de que encuentren trabajo, y lo encuentran únicamente mientras su trabajo acrecienta el capital. Estos obreros, obligados a venderse a trozos, son una mercancía como cualquier otra, sujeta, por tanto, a todas las vicisitudes de la competencia, a todas las fluctuaciones del mercado.
K. Marx y F. Engels