La figura de Rosa Luxemburgo se eleva por encima del tiempo y nos traslada un mensaje vibrante e imperecedero. La marxista intransigente que desafió a la socialdemocracia alemana en su viraje al oportunismo y el patrioterismo, que levantó la bandera del internacionalismo proletario y fue encarcelada por oponerse tenazmente a la carnicería imperialista, jamás cedió a las presiones de sus adversarios.
Su vil asesinato y el de su camarada Karl Liebknecht, ordenado por el ministro socialdemócrata Gustav Noske y ejecutado por militares ultraderechistas y monárquicos, no fue una improvisación. La burguesía y sus lacayos sabían muy bien lo que perseguían con este crimen: privar al movimiento comunista alemán y de todo el mundo de dos de sus cabezas más sólidas, competentes y audaces.
Reforma o revolución es uno de los tesoros de la literatura marxista y sigue conservado una capacidad argumentativa asombrosa. Para muchos activistas de la izquierda y jóvenes que se inician en las ideas del socialismo será un descubrimiento maravilloso que los estimulará a estudiar la obra de esta gran revolucionaria. Para los más veteranos, un recordatorio de que la teoría es una guía imprescindible para la acción, y que separarse de aquella en aras del «pragmatismo» implica rodar por un camino que siempre acaba dando la espalda a la clase obrera.