Una de las peculiaridades del proceso revolucionario español de 1931-1939 fue la existencia de un poderoso movimiento anarcosindicalista, que una y otra vez pugnó por llevar la revolución hasta el final. Huelgas obreras, levantamientos campesinos, ocupaciones de tierras y fábricas y, finalmente, tras el 19 de julio de 1936, la conquista del poder efectivo de la clase trabajadora en campos, fábricas, ciudades, barrios y calles. Nunca la clase obrera, y especialmente allí donde la presencia anarcosindicalista era apabullante como en Catalunya, llegó tan lejos en su voluntad por transformar la sociedad de arriba a abajo.
En los muchos trabajos que se han escrito sobre la guerra civil española, no pocos han tratado de ridiculizar la posición y comportamientos del movimiento y de las masas anarcosindicalistas, partiendo siempre de una brutal simplificación de los hechos, y haciéndose eco de las mentiras que la propia contrarrevolución vertió desde el mismo comienzo de la guerra. Pero frente a dichos planteamientos, tal y como se explica en este libro, hay que destacar la heroica gesta de miles de trabajadores y jornaleros anarquistas, que con sus propias manos y con su iniciativa, carentes de cualquier ayuda e incluso enfrentados a sus dirigentes, hicieron funcionar fábricas, campos, ciudades enteras, administrando como nunca se había hecho los recursos de la sociedad en beneficio de la mayoría.
Independientemente de lo que hicieron sus dirigentes y de las carencias de la ideología anarquista, este libro trata de ser un homenaje para los cientos de miles de luchadores anarcosindicalistas que trataron de tomar el cielo por asalto. Su ejemplo debe ser reivindicado, sus nombres deben ser recordados.